Mis últimas fotos a los 59 años.
¿Que qué es lo que se siente cuando se cumplen 60 años?
ALEGRIA.
Y no es por haber llegado a viejo o al supuesto comienzo de la tercera edad.
Es la satisfacción de haber llegado hasta aquí, pese a los embates de la
salud, a cuestiones de seguridad de vida, a las consecuencias por los
posicionamientos adoptados en algunos momentos y ante los cuales hay quien
persiste en no entenderlos y/o aceptarlos, sino en eliminarte. Por la calidad
de vida con que cuento hoy, por como estoy.
Mi regocijo también incluye muchos detalles, la maravillosa familia que construí o mejor dicho, construimos, porque esto no fue solo obra mía, como casi todo en esta vida, que siempre se cuenta con la ayuda de valiosas personas; por la estupenda familia en que nací y me crié, llena de valores y de buenas enseñanzas para la vida; de los amigos y buenos seres humanos que conocí en este ya largo andar por la vida.
Por lo que aprendí observando el proceder de individuos simplemente detestables y de lo fuerte que me hice para enfrentarlos, vencerlos y continuar, haciendo cada vez más resistente la máxima de no darles el gusto de acabar conmigo; de todos los paisajes que vi, de lo natural y de lo real hecho por el hombre en diferentes rincones del mundo.
Estamos en una época, en un momento de la humanidad, donde estar vivo y con salud, es casi el mejor regalo por esperar a cada amanecer y hoy conté con eso también.
Mis planes para conmemorar esta fecha no pudieron ser realizados, la
realidad del mundo no lo permite, pero cuando cambie, lo haré de manera retroactiva.
Profesionalmente, me siento como nunca, mucho mejor y capaz de lo que era, trabajo
con lo que siempre me gustó, pero de lo cual me había alejado por situaciones
coyunturales. Dispuesto a nuevos desafíos, a comenzar de nuevo, si fuera
necesario.
Los sesenta han llegado con el inicio de la cura de mi ya vieja compañera, la anosmia. Hace más de 20 años que no sentía ningún olor o eran distorsionados por memorias en su mayoría desagradables, dígase en otras palabras: pestes, pero hoy desperté sintiendo el perfume de mi esposa.
Al principio me sentía raro, pensé que había algo errado, pero no, comencé a sentir, a veces vagamente, otros aromas. Confieso que el resultado de esta avalancha no ha sido el mejor. Estoy realmente mareado y con deseos de vomitar por este exceso de información olfativa, mas se que en poco tiempo lo superaré. Todo ha ocurrido de súbito, no hice nada para reverter este cuadro clínico.
A quienes alguna vez se sintieron incomodados con mi fragancia, solo puedo pedirles disculpas, lo lamento.
Ojalá que todos los otros padecimientos de este hombre, que según algunos nació
defectuoso, se curen por arte de magia o por cansancio del tiempo que me han
hecho compañía.
Quien sabe, estos sean solo 2/3 de mi vida. Si es así, estoy listo para la
caminada del último1/3.
En otras y pocas palabras: estoy y soy FELIZ.