A todos aqueles que se sentem no
direito de me julgar ou que sintam vontade de faze-lo, eu simplesmente lhes
faria um convite.
Os convidaria para viverem o que
eu vivi, para ouvirem e dizerem o que tive que escutar, o que tive que falar.
Para que compartilhem a minha vida, as alegrias, tristezas, decepções, acertos,
frustrações e sucessos.
Para que tenham a oportunidade de
serem um pouco eu, que muito provavelmente, no final se conseguirem chegar,
superar e carregar tudo isso, irão desistir de me julgar e quem sabe, se
levantem e me aplaudam, ainda que eu não precise de aplausos.
A propósito, eu não preciso de
nada vindo de quem me quer julgar, não estou nem ai para as coisas que aconteceram. É
tolice querer justificar, se explicar, se arrepender. Passou, tá feito!
Tôu nem ai para o meu passado e
muito menos para as tuas reflexões e questionamentos sobre minha vida.
Vem cá, responda para mim: Eu te
perguntei alguma coisa?
Vai cuidar da sua pobre vida!
Entender, melhorar, avançar é o
importante.
Agora, se você é dos que respeita o espaço alheio, dos que reconhece as fronteiras entre o fim do meu direito e o início do teu, dos que não acredita ser melhor do que ninguém, dos que ocupa o seu tempo em se superar, ajudar, agregar, tolerar ou no melhor dos casos, se mostrar indiferente a aquilo que nada tem a ver contigo, então, você é dos meus e estamos juntos.
Estivemos juntos ontem, estamos hoje e estaremos sempre!
Estivemos juntos ontem, estamos hoje e estaremos sempre!
Eu vivo.
Gente má e ruim, tem em todas partes, mas há lugares, culturas, povinhos e países, onde tomam a dimensão de epidemia, hemoragia, diarreia, mas para todos eles, eu lhes dedico gentilmente, com a simpatia que me caracteriza, a letra de uma canção-poema, escrita pelo compositor e cantor cubano Amaury Pérez, no ano de 1975. Façam bom proveito! É uma pena que não posso traduzi-la para todas as línguas.
Mala gente
Yo he visto caer a un hombre
en el morral de la infamia,
vi también cómo se salva
a fuerza de golpe y golpe.
He visto morir amores
cuando mejor florecían,
por poca filosofía
o muchos, muchos temores.
He visto caer a un hombre
herido por la bebida,
vi también cómo crecía
sin porvenir y sin nombre.
He visto como se esconde
el amigo a criticar
lo que debiera adorar
con la faz y sin traiciones.
¡Ay! la mala gente,
¡ay! la gente mala
mira que me empeño
en quererles, y nada.
¡Ay! la mala gente,
¡ay! la gente mala
mira que me empeño
en comprenderles, y nada.
Yo he visto como la envidia
hecha un taladro, penetra
y baila al son de una fiesta
con el odio en compañía.
A quien empuja su vida
con la mejor buena fe
y la rinde ante la red
de la podrida semilla.
Al que ha querido ser hombre
y no ha llegado a su altura,
al que ha quedado en la duda,
al que no hay bien que perdone.
Quien cree que tiene su nombre
un digno sitio en la historia,
pero no llega su gloria
ni pa' adornarla con flores.
Yo he visto como, en la sombra,
el odio cuida a su cría
y lanza una cacería
pa' destruir lo que estorbe.
Es que el odio tiene dotes
que no he podido entender,
pues tiene más brío quien tiene
fuertes frustraciones.
Yo he sentido en tantas noches
la burla, la hipocresía
y unos ojos que aun me miran
queriendo arrancarme el broche.
El broche que da la vida
a quien le paga con bien
y que no merece
quien le cuesta caro a la vida!
Gente má e ruim, tem em todas partes, mas há lugares, culturas, povinhos e países, onde tomam a dimensão de epidemia, hemoragia, diarreia, mas para todos eles, eu lhes dedico gentilmente, com a simpatia que me caracteriza, a letra de uma canção-poema, escrita pelo compositor e cantor cubano Amaury Pérez, no ano de 1975. Façam bom proveito! É uma pena que não posso traduzi-la para todas as línguas.
Mala gente
Yo he visto caer a un hombre
en el morral de la infamia,
vi también cómo se salva
a fuerza de golpe y golpe.
He visto morir amores
cuando mejor florecían,
por poca filosofía
o muchos, muchos temores.
He visto caer a un hombre
herido por la bebida,
vi también cómo crecía
sin porvenir y sin nombre.
He visto como se esconde
el amigo a criticar
lo que debiera adorar
con la faz y sin traiciones.
¡Ay! la mala gente,
¡ay! la gente mala
mira que me empeño
en quererles, y nada.
¡Ay! la mala gente,
¡ay! la gente mala
mira que me empeño
en comprenderles, y nada.
Yo he visto como la envidia
hecha un taladro, penetra
y baila al son de una fiesta
con el odio en compañía.
A quien empuja su vida
con la mejor buena fe
y la rinde ante la red
de la podrida semilla.
Al que ha querido ser hombre
y no ha llegado a su altura,
al que ha quedado en la duda,
al que no hay bien que perdone.
Quien cree que tiene su nombre
un digno sitio en la historia,
pero no llega su gloria
ni pa' adornarla con flores.
Yo he visto como, en la sombra,
el odio cuida a su cría
y lanza una cacería
pa' destruir lo que estorbe.
Es que el odio tiene dotes
que no he podido entender,
pues tiene más brío quien tiene
fuertes frustraciones.
Yo he sentido en tantas noches
la burla, la hipocresía
y unos ojos que aun me miran
queriendo arrancarme el broche.
El broche que da la vida
a quien le paga con bien
y que no merece
quien le cuesta caro a la vida!